Acabo de leer una fantástica novela "picaresca": Tigre blanco. Su autor, Aravind Adiga, introduce una conversación entre un brahmán un tanto maligno y Buda a quien aquel pretende coger en falso.
El brahmán pregunta a Buda:
-Señor ¿te consideras un hombre o un dios?
Buda le sonríe y le contesta:
-Ni lo uno ni lo otro. Solo soy uno que se ha despertado mientras todos los demás seguís durmiendo.
En el contexto de la narración esa anécdota se refiere críticamente de buena parte de las personas de la sociedad de la India. La crítica la pone en boca de un gran pícaro, el protagonista de la novela, que ya ha despertado y ve que muchos duermen a su alrededor.
Cualquier persona que escribe para niños, consciente de lo que tiene entre manos, creo que no pretende otra cosa que eso, ayudar a despertar a los lectores.
Hace 14 años que participo en una tertulia literaria con conciudadanos -hablando con rigor tendría que decir conciudadanas porque la mayor parta de las lectoras son mujeres- de Molins de Rei, el pueblo donde vivo. Es una experiencia muy enriquecedora que afina el olfato para captar lo que hay debajo de lo que se lee y porque le permite a uno una complicidad privilegiada con los compañeros de tertulia. Buena parte del alimento literario que consumo proviene de estas lecturas comentadas, a veces apasionantemente comentadas.
16 mayo 2014
26 marzo 2014
EL CREPÚSCULO DE PROMETEO
En la tertulia de libros de ensayo que empecé a impulsar hace cuatro años y en la que estoy empeñado, ayer comentamos el último libro que habíamos acordado leer: El crepúsculo de Prometeo, de François Flahault, publicado por Galaxia Gutenberg.
El deseo de leer este libro surge de las reflexiones acumuladas en tertulias anteriores sobre las guerras mundiales del siglo XX y sobre la deriva del neoliberalismo sin fronteras ni política que lo controlen. Este horizonte conduce a pensar seriamente el decrecimiento en la sociedad occidental en un momento en que los países emergentes piden un trozo más gran del pastel a repartir.
¿Cómo hemos llegado a la situación actual? Hay algo interno a la condición humana que arrastra a la desmesura. Es el espíritu prometeico que ha alentado siempre en nosotros. Es el momento de reflexionar sobre la desmesura para que la idea de progreso sobre la que se asienta la modernidad no acabe en un gran fiasco o en conflictos desmedidos que nos arrastren. El libro de Flahault promete reconstruir la historia de la desmesura humana. Aunque no responde del todo a lo que promete, es una buena referencia para discutir este tema que tanto nos atañe y cuya salida no se acaba de ver.
Incluso para escribir libros para niños es bueno tener una visión amplia de la condición humana. Los ensayos son focos que iluminan aspectos que de otra forma permanecerían en penumbra. Por eso me gusta implicarme en este empeño que va más allá de la rabiosa actualidad que refleja la prensa.
El deseo de leer este libro surge de las reflexiones acumuladas en tertulias anteriores sobre las guerras mundiales del siglo XX y sobre la deriva del neoliberalismo sin fronteras ni política que lo controlen. Este horizonte conduce a pensar seriamente el decrecimiento en la sociedad occidental en un momento en que los países emergentes piden un trozo más gran del pastel a repartir.
¿Cómo hemos llegado a la situación actual? Hay algo interno a la condición humana que arrastra a la desmesura. Es el espíritu prometeico que ha alentado siempre en nosotros. Es el momento de reflexionar sobre la desmesura para que la idea de progreso sobre la que se asienta la modernidad no acabe en un gran fiasco o en conflictos desmedidos que nos arrastren. El libro de Flahault promete reconstruir la historia de la desmesura humana. Aunque no responde del todo a lo que promete, es una buena referencia para discutir este tema que tanto nos atañe y cuya salida no se acaba de ver.
Incluso para escribir libros para niños es bueno tener una visión amplia de la condición humana. Los ensayos son focos que iluminan aspectos que de otra forma permanecerían en penumbra. Por eso me gusta implicarme en este empeño que va más allá de la rabiosa actualidad que refleja la prensa.
12 febrero 2014
´LA GRÚA QUE ME FASCINÓ
Hace un tiempo la admirada Care Santos me invitó a que escribiera un breve texto sobre una novela que me hubiera interesado especialmente para colgarlo en la sección literaria de Culturamas. Ésta es la novela que me hubiera gustado firmar si no la hubiera construido antes Zimnik y no hubiera subido a ella a un entrañable personaje.
LA
NOVELA DE MI VIDA: LA GRÚA, de Reiner Zimnik
Tiendo
a la racionalidad y la mesura. ¿O a la mediocridad? Tal vez una y otra
apreciación no estén tan alejadas. Sin embargo, durante un tiempo tuve la tramposa
ensoñación de atribuirme la autoría de La
grúa, este maravilloso texto de Reiner Zimnik. Pero ya era imposible borrar
su nombre impreso en sus ediciones en varias lenguas.
Supongo
que debí leer este libro en 1981. Acababa de publicarse en español en la colección
Austral Juvenil que dirigía Felicidad Orquín a cuyo buen criterio tanto debemos
los que por entonces empezamos a escribir literatura infantil.
La
llegada de textos de grandes autores alemanes, nórdicos y sajones nos estaban
haciendo ver entonces que las referencias que teníamos, tan ñoñas, nos
bloqueaban.
Con
este relato Zimnik dio en algún oscuro rincón de mi entretela. Aún me conmueve
cada vez que lo releo. ¿De dónde nacía mi fascinación por esta fábula cuando mi
atención se centraba en textos realistas donde más claramente se rompían los
corsés que nos oprimían?
La grúa
es un inquietante relato simbólico. Cuenta la historia de un hombre que se
encaramó en lo alto de una grúa, que él mismo había ayudado a construir, para
no bajar de ella. Se trataba de una grúa instalada en un punto de confluencia
de comunicaciones fluviales, de carretera y ferrocarril para intercambiar
mercancías de un medio de transporte a otro.
El
hombre consigue ese puesto de conductor de la grúa desplazando a dos enchufados
que lo pretendían. Desde ese día cumple escrupulosamente su cometido. Por otra
parte, mira el mundo desde las alturas no de la soberbia sino de la honradez. Ve
pasar la guerra y la paz, y contempla los intereses que se mueven a sus pies. Nunca
se deja presionar ni con amenazas ni con sobornos. Desbarata las pretensiones
de temibles ladrones fluviales y es testigo de los problemas que causan a un
circo los días de canícula. Llevando hasta el límite su humor, Zimnik describe a
su discreto héroe atrapando con su pala a un elefante enloquecido por la fiebre
al que sumerge en el rio hasta que se le va la calentura, o llevando cada
domingo a los doce concejales y su alcalde al otro lado del río.
Lo
que mantiene a este solitario es una doble amistad; la de Lectro, al que no le
importa prestarle unos kilovatios si su carretilla eléctrica con doce remolques
se queda sin energía, y la del águila que le ayudará a detectar las manadas de
tiburones que pretenden derribar la grúa y que le acompañará hasta el final.
El
conductor desciende de la grúa cuando ya es muy viejo y está cansado. Le
acompaña el águila. Un niño cree ver también junto a él otra maravilla, «un
león plateado». Sencillamente ha cumplido fielmente su misión de ser humano. El
alcalde demuestra entenderlo muy bien al hacer este comentario: «Es un hombre
sabio.»
La grúa
tiene todos los ingredientes de una bonita fábula. Me veo en ella. También
estoy a punto de tomar la decisión de bajar de la grúa. Y francamente tengo
envidia de quien la escribió... y la dibujó, ya que los dibujos a plumilla también
son obra de mi admirado Zimnik.
08 enero 2014
ELVIOLÍN DE MEDIANOCHE
Me acaba de llegar esta misma mañana la tercera edición de El violín de medianoche, libro que salió en la editorial Anaya en 2011. Esta narración ya me dio la alegría de ser traducida al coreano. No hay mayor ambición en quien escribe que continuar manteniendo el interés de los lectores.
Andrei, el protagonista de esta historia, tiene una aspiración humilde y desmedida al mismo tiempo: ser violinista. No pretende poseer nada. Su más firme agarradera a la vida para seguir creciendo son las melodías que es capaz de sacarle a su violín. Todo lo demás juega en su contra; está solo y es inmigrante. Pero persigue un sueño. Es mi propuesta a mis jóvenes lectores. Los regalos mejores que a mí me han hecho han sido éstos: propuestas de perseguir sueños. Son los regalos que todavía admito, los demás me van sobrando.
25 septiembre 2013
CREAR LECTORES
A mediados de octubre se celebra en Francia, en Port-Leucate un encuentro de animadores de la lectura. Cuando se habla de ella uno sospecha que es porque se ha convertido en un problema. Tal vez siempre lo fue pero hoy somos conscientes de lo que supondría una sociedad sin lectores críticos. El remedio es sencillo pero lento: el contagio entusiasta de los que leemos.
« Il y a sans doute autant d'itinéraires de lecteurs qu'il y a d'histoires individuelles, mais quelques constances traversent cette diversité. (...) Quand un lecteur bénévole ouvre un livre devant des enfants, il participe à tout un théâtre de gestes, d'habitudes, de façons de dire ou de faire qui renouvellent la croyance dans la lecture et contribuent à la formation sociale et culturelle du lecteur. De ces communautés proches où on se conseille des livres, on s'en prête, on en parle... les participants ne ressortent pas indemnes, touchés par la diversité culturelle », Yvanne Chenouf.
03 septiembre 2013
VISIÓN BIBLIOTECONÓMICA DEL MUNDO
En un curioso libro de Carlo Fabretti, El libro infierno, he encontrado unos párrafos que tengo ganas de compartir. A menudo un lector encuentra un texto con el que se identifica y que él no hubiera sabido expresar tan bien. Este es una de las ocasiones en que a mí me ha ocurrido.
"Hay diversas maneras de ver el mundo y de contar su historia (...). Una de ellas la podemos llamar visión biblioteconómica del mundo según la cual el libro es la culminación de un proceso evolutivo que comienza con la materia inanimada, se inflama con la vida y se ilumina con la conciencia. Y la luz de la conciencia se condensa en la palabra (la carne se hace verbo), que a su vez cristaliza en la escritura.
El libro es, por tanto, epítome y emblema de la definición y la continuidad de la conciencia. Poco importa, a efectos teóricos (aunque mucho a efectos prácticos) que el soporte de la escritura sea la piedra, el papel o el silicio (otra vez la piedra): un conjunto de palabras salvadas de su aérea volatilidad es, por ahora, el máximo logro de la conciencia, o sea, del universo."
"Hay diversas maneras de ver el mundo y de contar su historia (...). Una de ellas la podemos llamar visión biblioteconómica del mundo según la cual el libro es la culminación de un proceso evolutivo que comienza con la materia inanimada, se inflama con la vida y se ilumina con la conciencia. Y la luz de la conciencia se condensa en la palabra (la carne se hace verbo), que a su vez cristaliza en la escritura.
El libro es, por tanto, epítome y emblema de la definición y la continuidad de la conciencia. Poco importa, a efectos teóricos (aunque mucho a efectos prácticos) que el soporte de la escritura sea la piedra, el papel o el silicio (otra vez la piedra): un conjunto de palabras salvadas de su aérea volatilidad es, por ahora, el máximo logro de la conciencia, o sea, del universo."
07 agosto 2013
UNA CASA EN EL LAGO, en ebook
La editorial de libros digitales Leer-e (Pamplona) acaba de lanzar en forma de ebook mi libro Una casa en el lago dentro de la colección Akobloom . Esta obra tuvo muchos años de vida en papel con varias ediciones en la veterana editorial La Galera de Barcelona. Allí se publicó con el título Una casa a la deriva. La coincidencia con el título en lengua catalana, también publicado, nos ha aconsejado introducir este cambio. Celebro esta nueva vida de libros como este a los que les tengo cariño por dos razones fundamentalmente: porque forman parte de mi biografía y porque críticos diversos vieron méritos en ellos. Si lectores ajenos han señalado su vigencia no seré yo quien los mate. ¡Larga vida a Una casa en el lago! ¡Ojalá!
Otros siete libros han tenido la misma fortuna, trasmigrar a la forma digital como el lama de la leyenda se perpetuó trasmigrando al gato birmano. Él está dispuesto a hacerlo hasta alcanzar la perfección. Es un lama.
El libro se puede encontrar en diversas plataformas. La dirección:
http://www.leer-e.es/ebooks/una-casa-en-el-lago
Otros siete libros han tenido la misma fortuna, trasmigrar a la forma digital como el lama de la leyenda se perpetuó trasmigrando al gato birmano. Él está dispuesto a hacerlo hasta alcanzar la perfección. Es un lama.
El libro se puede encontrar en diversas plataformas. La dirección:
http://www.leer-e.es/ebooks/una-casa-en-el-lago
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