jueves, 27 de diciembre de 2018

PONER EN PALABRAS LAS ESPERANZAS


El escritor marroquí Tahar Ben Jelloun ha topado a veces con esta pregunta: “¿Para qué escribir en un continente de analfabetos?” Y él contesta que precisamente se ha de escribir, y con más exigencia, para ellos. “Ese pueblo merece que se escriba para él lo más grande y bello que nuestro imaginario lleva dentro”.  
Y se plantea así su responsabilidad: “Nosotros, que hemos tenido la suerte de ir a la escuela y a la universidad, y el privilegio de librarnos de la crueldad del analfabetismo, nos sentimos responsables, y debemos producir una literatura que esté a la altura de la expectativas y los deseos de las poblaciones a las que les gusta que les cuenten historias, les gusta soñar con las palabras y las imágenes que nosotros les forjamos, y no según un modelo único, sino según nuestra imaginación alimentada por sus existencias, su condición y sus esperanzas. En realidad, entre esas poblaciones es donde encontramos nuestras historias, y nuestra función consiste en intentar que afloren a la superficie, extraerlas de la  noche, ponerlas en palabras y darles forma. ¡Qué más da que nuestros libros no estén en sus mesillas de noche, ni en sus bolsos o maletas! (…) Basta con que sepan que lejos de ellas unos poetas, unos dramaturgos, unos novelistas, unos historiadores escriben desde su dolor y sus problemas.”