¿Cómo debemos actuar? ¿Cuáles son nuestros deberes hacia los demás? ¿Deben
los gobiernos recaudar de los ricos para ayudar a los pobres? ¿Es justo el
libre mercado? ¿Es siempre bueno decir la verdad? ¿Puede que a veces el
asesinato sea moralmente necesario? ¿Es posible legislar sobre cuestiones
morales?
Tan peligrosa es la noción demasiado abstracta de justicia como
la hipercrítica que nos pueda paralizar. Este libro no escapa a esa
ambivalencia. La formulación abstracta del término puede velar las relaciones
de poder pero, por otra parte, este texto presenta preguntas muy interesantes
que provocan la reflexión crítica del lector.
Sandel plantea la problemática de la justicia
condicionado por su entorno social, económico y cultural: la Universidad de
Harvard. Su argumentación es precisa pero no distingue de forma clara moral y política.
Además, desde nuestra tradición, nos llama la atención que eluda hablar del capitalismo
y el socialismo.
Para él existen tres posturas respecto al tema de la justicia: la de los
utilitaristas, la de los liberales y la de los comunitaristas.
Excluye el utilitarismo y critica el enfoque de los liberales, reacios a la
intervención del Estado tanto en temas de costumbres como económicos, desde una
postura moralizante sin cuestionar el mercado.
Su opción es el comunitarismo que intenta dar sentido a la vida con una
narración desde la que construimos nuestra libertad. Pero ¿no será cuestionable
la dimensión comunitaria de una narración que parte de una identidad
supuestamente homogénea? Las narraciones comunitarias crean falsas identidades
colectivas a partir de lo étnico, lo cultural o lo nacional. También provoca
confusión su afirmación de que no podemos separar las convicciones morales y
religiosas de las políticas.
De todas maneras, Sandel plantea problemas morales interesantes, aunque a
veces sean desconcertantes porque esconde la tradición de socialismo
democrático que pretende combinar las virtudes cívicas con la libertad personal.
La asignatura «Justicia» que imparte Michael J.
Sandel es una de las más influyentes de la
Universidad de Harvard. Más de mil alumnos abarrotan en cada sesión el aula
magna para escuchar cómo este pensador, que acaba de recibir el Premio Princesa
de Asturias, relaciona las grandes cuestiones de la filosofía moral con los temas
polémicos de la actualidad.