Antonio Basanta, durante muchos años editor
y después director general de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, nos acaba
de hacer un magnífico regalo, un libro, Leer
contra la nada (Siruela). Es un texto magnífico, muy bien escrito, que no
solo manifiesta la viva pasión lectora del autor sino también una aguda perspicacia
para penetrar en lo que pasa en el alma de un lector y en lo que representa
leer. Solo quien lo vive es capaz de transmitirlo de esa manera. Seguramente él
es una de las personas que ha dedicado más esfuerzos a que sus conciudadanos
leamos y que más ha reflexionado sobre la necesidad de leer para mantener una
sociedad despierta.
A Antonio lo he ido viendo muy de tarde
en tarde, pero siempre lo he percibido como un amigo. Y siempre me ha impactado
su generosidad. A pesar de haber sido siempre una persona muy atareada y
comprometida con su trabajo hasta la extenuación, me ha hecho sentirme próximo.
No pùedo tener para él más que palabras de agradecimiento y quiero dejar
constancia aquí de este sentimiento.
En un momento en que recoge vivas
reflexiones en breves textos, transcribe un aforismo que dice que recogió en
una de las bibliotecas de Bogota: “Quien lee no está haciendo algo; se está
haciendo alguien.”
Sin acertar nunca a formularlo con concisión
y la agudeza de un aforismo, hace muchos años que participo de esta idea. No sé
calibrar hasta qué punto lo que percibo que soy lo debo mis lecturas, pero
ciertamente es así. Sobre todo les debo la pervivencia en mí de una curiosidad
que a muchos otros les matan los años. Cuando creo que tengo respuestas para
ciertos interrogantes, leo un nuevo libro y me doy cuenta de que me han
cambiado las preguntas. Debo comenzar a buscar nuevas respuestas.
Ese es el espíritu que alienta en este
libro, que en la lectura tenemos la mejor manera de conjurar el vacío de la
nada. A esto supongo que quiere aludir el título. Esto lo va diciendo de mil
maneras. Una de ellas muy pertinente es esta: “Mujeres y hombres no somos sino
seres errantes en busca de comprensión. Comprender lo que nos rodea. Comprendernos
a nosotros mismos. (E intentar que nos
comprendan).”