Solo es pedagogo de la lectura aquel a quien leer le entusiasma y es capaz de transmitir ese entusiasmo. Esta afirmación en palabras de un auténtico pedagogo de la lectura, Kepa Osoro, se desarrolla así:
"El placer de leer no es
natural, pero sí la necesidad de soñar e imaginar. Por tanto, animar a los
niños, a los jóvenes o incluso a los adultos a la lectura es derramar sobre
ellos toda la magia, el sentimiento, la fascinación y la pasión que anida en
las palabras escritas para conmover, enseñar y descubrir el mundo y para
entender al hombre. Animar a leer es educar el paladar lector, abrirlo
afinarlo…; es iluminar, ilusionar.
Lectura verdaderamente motivadora
es la que transforma, la que emociona e, incluso, trastorna al lector. Animar a
leer es hacer sentir el libro y la lectura como algo necesario desde distintas
perspectivas: utilitarista, ideológica, formativa, académica, personal… Solo se
contagia a aquello que se siente, que se ama, que nos hace vibrar. Solo la
pasión discreta, serena, respuetuosa y sincera puede crear adictos a la causa
de la lectura.”
Este texto aparece en La lectura en España. Informe 2002.
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