martes, 7 de diciembre de 2021

QUÉ LEER O CUÁNTO LEER

Nadie que lee reniega del leer. Por el contrario, muchos que no leen lo lamentan. Las encuestas siguen indicando que las personas valoran mucho la lectura, aunque luego no lean.

Leer es laborioso. Afortunadamente su duro aprendizaje se hace de niño, porque, de otra manera, muchos desistirían de aprender a leer. Quien no disfruta leyendo no sigue, aunque conozca la mecánica del leer. Leerá, a lo más, textos instrumentales que necesita para su trabajo o para sus estudios.

También es muy útil. Imprescindible para vivir en una sociedad “letrada”. Quien no sabe leer es como si le faltara oxígeno social, Se ahoga. Las ciudades, las redes, las vías de comunicación, las guías de uso de cualquier aparato están llenas de signos. Hay que conocerlos para orientarse en la vida. Para quien no sabe leer el mundo es un caos, un laberinto, un infierno.

Pero leer también es placentero. Para quien disfruta leyendo este placer no tiene límites. Las posibilidades de saciarse son infinitas. La biblioteca es un mundo. Un mundo en expansión.

El progreso de nuestra sociedad va ligado al nivel de alfabetización de la población. Si se parte de cuantificar como único criterio, parece que los números son buenos. Pero lo que se ha de ver es el qué y el para qué, no en el cuánto.

Se confía en que la difusión del interés por la lectura es como las enfermedades que se trasmiten por contagio. Que el contacto entre lectores produce lectores es verdad hasta cierto punto. Ese contacto cada vez más se identifica con la información sobre libros. Como en tantos otros temas, los youtubers se han lanzado a opinar sobre libros y a aconsejar su lectura. Lo hacen en muchos casos con poco conocimiento. Lo que afirman no está mediatizado por personas competentes y eso es una gran pega. Pero su información arrolladora no se hace para enseñar nada sobre los libros, sino para tener una presencia en las redes que les dé visibilidad, reconocimiento y al final dinero.  

Esta forma de proceder puede conseguir consumidores de libros, compradores, pero ¿crea lectores? Esta es la eterna cuestión.  Ahí queda. 


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